domingo, 31 de mayo de 2009

Hay muchas formas de decir las cosas. A veces lo más importante es decirlas bien.

Uno puede perder todo materialmente hablando, pero mientras tenga un amigo tiene mucho por qué vivir. Un amigo no es sólo un compañero de juergas, un amigo es un hermano de padres distintos al cual nosotros adoptamos. Es esa persona que dentro de un momento de oscuridad donde suponemos no hay salida, nos enciende una luz. Es aquel que con el que después de hablar las cosas malas dejan de serlo, las angustias pasan a ser alegrías, y la tristeza, felicidad. Porque saber que hay una persona para tí, que no oficie de psicólogo, sólo de oyente, alcanza para calmar penas.Es el que te entiende sin palabras, que te habla con miradas, que te aconseja no imperativamente, si no que te da su punto de vista para que por lo menos puedas sacar las cosas que te sirven. El que quiere lo mejor para tí. El que hace que una simple idea se transforme en un proyecto, y que ese proyecto pase a ser una empresa.Te acepta errores y equivocaciones por mas que te haya aconsejado lo contrario, sin reprochártelo. Es el de las charlas sin fin, y silencios inexistentes. Cuando te sientes agobiado por una complicación, sin pensarlo aparece para funcionar como bastón para que el peso sea menor. Cuando estas mal es tu columna. Y cuando estás bien, es ese ser que te muestra que vales, que eres alguien, que eres necesario, que haces falta. Ese ser que sin importar el tiempo que no te haya visto, basta con dos sillas de por medio para sentir que la última vez que te lo encontraste fue ayer.También el que deposita tanta confianza, como para regalarte parte de él, para contarte cosas que ni con su familia habla, y que te busca como apoyo cuando lo necesita, sin titubear. La amistad no es una cosa, como parece que lo es en definiciones de diccionarios y enciclopedias, no es un sustantivo, es un sentimiento. Sentimiento acompañado de confianza. Confianza acompañada de cariño. Cariño que nos hace elegirlos: testigos de casamiento, padrinos de nuestros hijos, compañeros de llantos. Todo esto es un ida y vuelta sin final, pero con principio. Principio que nosotros y sólo nosotros optamos.

Y yo tengo uno, un astronauta que pasaría el tiempo buscando las estrellas.

sábado, 30 de mayo de 2009

Érase una vez.


Todos recordamos los cuentos de nuestra infancia. El zapato le cabe a Cenicienta, la rana se convierte en príncipe, a la Bella Durmiente la despiertan con un beso... Érase una vez y vivieron felices, la materia de la que están hechos los sueños. El problema es que los cuentos no se hacen realidad. Las otras historias, esas que comienzan en noches oscuras y tormentosas y tienen un final atroz, son las que parecen convertirse en realidad. A quien inventó eso de... "...y vivieron felices", habría que darle una paliza.

No necesitamos vivir un cuento de hadas, sólo algo de felicidad.

viernes, 29 de mayo de 2009

Todos tenemos secretos. Sólo se trata de desvelarlos.

Siempre he buscado un sitio donde desahogarme. Un sitio donde poder expresar todo lo que sientes, todo lo que pasa por tu cabeza, aquello que sólo tú sabes. La timidez, el miedo a expresarlo, el qué dirán, el gran esfuerzo que cuesta expresarlo en palabras. No sé muy bien el que, supongo que cada situación es diferente.

¿Por qué hoy? Quizás porque ultimamente la palabra 'blog' está en boca de todos o quizá porque hoy era el día.

A lo largo del día, de la semana, de los meses, muchas cosas pasan por tu cabeza, muchos planteamientos, muchas situaciones de las que aprendes (o no, porque en un futuro volverás a caer). Buscas a aguien en quien confíar, en quien apoyarte, a quien contarle todo, pero, a veces, te lo quedas para tí.

Siempre me ha gustado (y a quien no), contar con gente en la que poder confíar plenamente, con la que no hacen falta las palabras para entenderse, en la que depositar todo lo que tienes sabiendo que no vas a perder nada, más bien vas a ganar. Por desgracia, no siempre es así.
A lo largo de la vida, de esta etapa, muchos huecos, vacíos, personas que no eran lo que parecían, decepciones. No se muy bien explicar cuál es la sensación que te queda cuando, después de haber hecho todo lo que estaba en tu mano, involucrarte como sólo tú sabes, te llevas una gran decepción. Pero bueno, supongo que, en definitiva, es mejor así.

Ahora sólo me queda agradecer lo que sea que haya hecho que esté aquí, sentado en un sofá algo incomodo, en una ciudad que jamás hubiera visto como 'mi ciudad' y, lo más importante, en uno de los mejores momentos de mi vida.

He encontrado el momento.