Bienvenidos al Mediterráneo.

Vuelta a casa. Reencuentros, conversaciones, largos cafés.... Volver a recorrer las calles que tanto había pisado hace un tiempo. Todo sigue igual... o no. Siempre hay cosas que cambian, desde una farola, un edificio, hasta la gente que te acompañaba por aquellas calles ahora reformadas.

Disfruto las horas de este nuevo verano, aprovechando todo lo posible con la gente que pronto dejaré de ver, deseando llegar a la orilla del Mediterráneo, por su gente, por su encanto y, sobre todo, por las horas de reflexión que ello conlleva. Este año con más ganas que nunca. Deseando pasar un gran verano, deseando una de esas conversaciones mientras amanece, deseando que vengais unos días...


Sólo queda esperar y dejar que pase el tiempo...

Final de trayecto.

Me he marchado y ya quiero volver. Esa sensación extraña que ya había experimentado vuelve a adueñarse de mi cuerpo... No es que aquí no esté a gusto, que claro que sí, pero una parte de mí está ocupada por vosotros, y esa parte se ha quedado sin suministro.

Habeis conseguido que haya pasado uno de los mejores años de mi vida, que no deje de sonreir incluso en los malos momentos, que no pueda parar de pensar en vosotros...

Por fin he conseguido saber qué se siente al tener un amigo que te apoya, te pregunta, te aconseja, te anima y te divierte. Para mí era un concepto...incompleto, siempre faltaba algo. Pero, al fin, lo he encontrado. Lo necesitaba...y, ahora que lo tengo, no quiero perderlo.

Desde aquí agradezco a todo el mundo que ha compartido este año conmigo todo lo que me haya podido aportar. Siempre estoy dispuesto a aprender y este año he aprendido muchas cosas buenas.

Y sobre todo quiero agradecer y también dedicar especialmente esta entrada a tres personas que he conocido este año, que sin ellas no tengo nada que hacer y a las que voy a echar muchisimo de menos.

No se cómo, pero que esto pase rápido.

Posdata: Te quiero.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado...

Un año más o uno menos, como lo prefieras. Una año que ha pasado volando, sin darme cuenta y del que me llevo grandes recuerdos, grandes momentos y, sobre todo, grandes personas.

Se acerca el día de subirse al tren y muchas cosas pasan por mi cabeza. El verano, con su playa, su desconexión, esa gente que te espera para tomar unas cañas en el típico chiringuito... Asusta. Esa desconexión asusta.

Tengo miedo de que pase este tiempo, que tampoco es mucho, y que algo cambie. Tengo miedo a que nada sea como ha sido hasta ahora. Y tengo miedo de que se olviden de mí. Se que no va ser así, o eso quiero pensar, pero aun así, tengo miedo.

No quiero dejar de veros, no quiero dejar de hablaros, no quiero dejar de reírme con vosotros... Sólo quiero que todo siga igual.

Quiero quedarme y pasar el tiempo buscando estrellas.
Quiero quedarme para ayudarte y hacer que sonrias.
Quiero quedarme y desear verte para que me hagas reír.
Quiero quedarme y, sin pedirtelo, que me llames.



Espero que este cuento, que cierra un capítulo, continúe el segundo con la misma fuerza con la que ha acabado el primero.

Castillos de arena

Lo has hecho. Has decidido coger tu móvil, buscar en la agenda mi nombre y llamarme.
Lo has hecho. Has conseguido que suene mi móvil y que consiga sonreir cuando he visto tu nombre en la pantalla.

Me has hecho recordar todo aquello que vivimos hace unos meses. Y, que sepas, que en ningún momento he recordado cosas malas. Ni siquiera el día que me rompí el dedo lo recuerdo como un día malo. ¿Por qué? Porque estaba contigo. Porque has hecho muchas cosas que no pueden ser sustituidas por recuerdos de dolor, de una tarde en casa sin plan, de unos meses sin saber de tí.

Has conseguido que experimente esa sensación que sólo yo se cuál es.

Me has llamado para que te ayude y, como siempre, he intentado hacerlo. Aquí estoy y estaré. Y en poco tiempo volveremos a experimentar todas esas cosas que dejamos atrás. Empieza un nuevo verano en el que, sin duda, vamos a vivir más cosas de las que imaginamos. Porque lo se. Porque poca gente consigue lo que tu has conseguido. Y porque eres grande, muy grande.

Una vez más, gracias.

Hoy va por tí, P.M.

Feliz año nuevo

Se acabó, se cierra el año. Empieza el verano, desconexión, relax, temidas separaciones...

Hoy para mí es fin de año.
Acaba un año, una etapa.
Muchas cosas para el recuerdo y también para el olvido.
Hoy celebramos la entrada en ese temido verano, celebramos que hemos terminado, que somos libres pase lo que pase...

Por un buen comienzo de año y porque el siguiente sea, al menos, como este.

Feliz año nuevo.

¿Cómo definirías la palabra decepción?

Un día en el mundo. Uno de esos días que no deberían existir. Se supone que hoy la libertad llegaba y las puertas del verano quedaban entreabiertas. Pero, por ahora, la sensación no ha cambiado.

Noche en vela, de reflexión, llegando a conclusiones a las que debía haber llegado hace mucho tiempo. Es triste que tengan que pasar ciertas cosas para darte cuenta de quién es realmente la persona con la que has compartido varios años de tu vida. Día a día, decepción tras decepción.

La mayor sensación que puedo llegar a experimentar es conocer a una persona y descubrir, con el tiempo, que forma parte de mi vida, que es necesaria para mí. Pero, las peores sensaciones pueden sorprenderte cuando menos te lo esperas.

Supongo que tarde o temprano tenía que pasar. Ahora era el momento y no hay vuelta atrás.
Lo único que me queda es desear que sea la última vez, porque cada vez que pasa, una parte de mí se deteriora.

Lo único que me queda es agradecer a esas personas que están ahí, que consiguen sacarte una sonrisa y que, espero, no me decepcionen nunca.

Un día en el mundo en el que sólo quieres dormirte y desear que al día siguiente nada de esto haya pasado.

Nadie es lo que parece. Nadie es lo que era.

Tras de mí una escena
y diez mil frases que repetir.

Ya ves, lo que es no es.
Yo no voy a contar lo mejor,

a ocultar lo peor,
me pongo el mejor chaqué.

No digo lo que digo,
hago lo que no hago.
Al revés, al revés.
Porque ser valiente
no sólo es cuestión de suerte.

A veces no soy yo, busco un disfraz mejor
Bailando hasta el apagón
Disculpad mi osadía

Tú también tienes que ver
Que nunca tengo mi papel.
Nube gris, riega todo el jardín, todo el jardín
Todas las flores que no probé.

No olvido los sueños,
Vuelvo a lo que no acabo.
No perdí, no perdí
porque ser valiente
no sólo es cuestión de verte.

A veces no soy yo, busco un disfraz mejor
Bailando hasta el apagón
Disculpad mi osadía

Pensad que ya no estoy
Que el eco no es mi voz
Mejor aplaudo y vámonos
Qué termine esta función

Tras de mí una escena
Y diez mil frases que repetir
Ya ves, lo que es no es

A veces no soy yo, busco un disfraz mejor
Bailando hasta el apagón
Disculpad mi osadía

Pensad que ya no estoy
Que el eco no es mi voz
Mejor aplaudo y vámonos
Qué termine esta función

Déme la voz.
Apuntador, déme la voz.

Algo pasa en los planetas.

Sensación de libertad, es lo que todos necesitamos.

Cada vez que haces algo mal siempre dices: "la proxima vez no me pasará".
Pero vuelve a pasar. Y probablemente seguirá pasando.

Días raros en un mundo raro.
Todos están raros.
Todo lo que pasa es raro.

Desearía volver atrás. A esos días en los que todo era perfecto.
Sólo nosotros. Sólo sonrisas y cosas buenas.

Desearía adelantar el tiempo. Acabar con esto y retomar lo que dejamos.
Lo necesito.



Que la suerte nos acompañe.

Todo sucede por alguna razón.

Hay gente que lo llama destino. Hay gente que no cree en él. Hay gente que lo desaprovecha. Hay gente que está esperándolo.

Sea lo que sea suceden cosas que, para bien o para mal, cambian tu vida. En un primer momento puede ser que tu destino cambie para mal, pero igual ese cambio resulta que acaba siendo positivo.

Nunca te des por vencido. Si es un mal momento, saldrás de él. Hay muchas cosas buenas en la vida como para perder el tiempo lamentándonos. Y, sin duda, lo mejor que puede haber en la vida son tus amigos. No los desperdicies.

Recuerda, todo sucede por alguna razón.

Hay alguien para tí...

Más de lo mismo. Una y otra vez. Un momento y otro. Un comentario, una conversación, una mirada, un minuto.

Los días pasan, complicados o no, pero pasan. Y supongo que, si ahora no es un buen momento, pronto llegará.

Por suerte, hay momentos, comentarios, conversaciones, miradas, minutos, que consiguen dibujar una sonrisa en tu cara. Una sonrisa que permanece en tu mente y que vuelve cada vez que piensas en la suerte que tienes de tener a una persona cerca que consigue alegrarte hasta en los momentos más difíles, momentos de los que piensas que nunca vas a salir.

Una gran persona dijo: "que suerte que tenemos de que haya amigos que nos desaten, que nos saquen de la carcel y que, lejos de cortarnos las alas, nos dan el empujón que nos hace falta. Simplemente te das cuenta de que le quieres más que nunca."

Hoy va por tí, porque creo que lo necesitas y porque estaré aquí para lo que haga falta.

¿Dónde te escapas cuando una lágrima te viene a buscar?

Dicen por ahí que la única persona de la que te puedes fiar siempre eres tú mismo. Pero yo no hago caso. ¿Acaso podríamos vivir sin alguien en quien confiar y con quien poder hablar, hacer, compartir, reír, llorar...?
Alguien dijo alguna vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre. Pero yo no hago caso.

Eso si, nadie puede alejarnos de esa sensación de desconocimiento, de confusión, de "no enterarse de nada". Esa sensación que a veces simplemente la creamos nosotros mismos en nuestra cabeza. Pero otras muchas querrías desnudar su pensamiento y lograr entenderlo.

Alguien dijo alguna vez: ¿Sabes cuál es la verdadera cárcel? La que uno se construye con sus propias manos.

Sólo una cosa vuelve un sueño imposible. El miedo a fracasar.