domingo, 27 de septiembre de 2009
Por qué el destino es tan difícil de explicar. Yo te esperaba como siempre en aquel bar.
Y poco a poco se enfriaba mi café. Igual que mi esperanza de volverte a ver.
Voy reviviendo recuerdos, mirando unos besos que otros se dan. Creo escucharte a lo lejos...
De vez en cuando vuelvo a entrar a ese lugar, pido la misma mesa y me siento a esperar.
Y duele, duele... Sentir ese golpe en la vida que marca por siempre...
Pienso a veces tanto en tí y me parece encontrarte en otras caras.
Y tu silla sigue ahí, por si quieres regresar...
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