sábado, 5 de diciembre de 2009

Hoy me duele la indiferencia.


Dicen que el peor de los desprecios es no hacer ningún tipo de aprecio y no saben que razón llevan los que dicen eso, pues la peor forma de sentirse mal es sentirse ignorado, insignificante, que no le importas a aquellos que a ti te importan, que no vales ni siquiera una décima o milésima parte de lo que valen aquellas personas que te importan para ti.

Para mi no hay nada más doloroso que ver que en realidad no representas nada para la gente, para aquellos que realmente son importantes y que crees representar algo en sus vidas. Nada, eso es lo que representas. A veces solo eres una molesta mancha en el pasado que amenaza su integridad moral o mental y prefieren ignorarte, haciéndote más y más daño cada vez.

Así que tienes que tomar la decisión, dura, muy dura, de insesibilizarte contra esa persona, que deje de importarte, que deje de ser algo en tu vida para que, al menos, obtengas lo mismo que dás.


Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro.

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